Antecedentes de la Profesión de Gestor Administrativo

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La evolución de la profesión de Gestor Administrativo en España es un fascinante viaje a través de la historia, marcado por la necesidad de intermediación en una sociedad cada vez más compleja. En este artículo, hablaremos de los antecedentes de esta profesión que ha desempeñado un papel esencial en la vida cotidiana y los negocios a lo largo de los siglos.

 

Los Primeros Intermediarios: Los Mediadores en la Edad Media

En la Edad Media, las relaciones con las instituciones y las transacciones comerciales eran complicadas. Los campesinos medievales, a menudo, necesitaban la ayuda de un "mediador" para interceder en sus asuntos. Estos primeros "intermediarios" no tenían formación específica, pero poseían el conocimiento y la astucia necesarios para ayudar a sus clientes en sus solicitudes y negocios. Los mediadores abarcaban una amplia gama de situaciones, desde pequeños intercambios entre campesinos hasta transacciones comerciales a gran escala y arreglos matrimoniales con intereses económicos.

Durante la Edad Media, la mediación se consideraba una actividad legítima y también una profesión sometida a regulaciones. Los mediadores debían cumplir con requisitos como limitaciones de edad, pruebas de aptitud técnica y moral, e incluso hacer juramentos.

 

Surgimiento de los Solicitadores en la Edad Moderna

Siguiendo los pasos de los mediadores, surgen los "Solicitadores" en la Edad Moderna. Este oficio se especializa gradualmente y requiere personas con preparación y conocimientos para llevar a cabo solicitudes y obtener resoluciones, permisos y concesiones necesarias. Uno de los primeros registros de esta profesión se encuentra en una pragmática dada en Toledo en 1480 por los Reyes Católicos. Curiosamente, en el Derecho anglosajón existe la figura del "Solicitor," con competencias similares a las de los Gestores Administrativos en España.

 

El Agente de Negocios: Profesión Reconocida

La denominación de "Agente de Negocios" surge con la primera legislación que reconoce esta profesión de manera oficial. En 1688, en la Novísima Recopilación, se menciona por primera vez bajo el título "Solicitadores y Agentes de Negocios." Esta ley establece que los religiosos y sacerdotes seculares no pueden ejercer la profesión de Agentes de Negocios a menos que estén relacionados con asuntos religiosos y cuenten con la licencia de sus superiores. Además, se destaca que estos agentes debían registrarse y declarar su lugar de origen, tiempo en la ciudad y detalles sobre sus actividades.

 

Creación del Colegio de Agentes de Negocios

Para evitar abusos y prácticas poco éticas en la profesión de Agente de Negocios, se creó el "Colegio de Agentes de Madrid" en 1847. Este paso hacia la regulación de la profesión buscaba garantizar la probidad, la inteligencia y la actividad de quienes se dedicaban a esta labor. Sin embargo, las disposiciones legales continuaron evolucionando para abordar desafíos y abusos en la profesión.

 

La Transición a Gestores Administrativos

La profesión de Agente de Negocios abarcó una amplia variedad de asuntos, algunos de los cuales fueron desempeñados como especialidades por diferentes profesionales. Este enfoque diversificado llevó a desafíos en la tarificación de honorarios, lo que resultó en la promulgación de disposiciones para anular partes de los aranceles.

Finalmente, en 1933, se logra una resolución importante. La profesión se redefinió como "Gestores Administrativos". El Reglamento y las condiciones para el ejercicio de la profesión se establecieron de manera más clara, y los Gestores Administrativos comenzaron a desempeñar un papel vital en la sociedad española.

La historia de la profesión de Gestor Administrativo es una narrativa de adaptación y regulación en respuesta a las necesidades cambiantes de la sociedad a lo largo de los siglos. Desde sus modestos comienzos como mediadores hasta su evolución como Gestores Administrativos altamente especializados, esta profesión ha sido un componente esencial en la vida cotidiana y los negocios en España. Su historia es un testimonio de cómo la intermediación y la regulación han ayudado a garantizar la integridad y la eficiencia en una sociedad en constante evolución.